Las Palabras Ocultas

Parte 2: del Persa

En el nombre del Soberano de la Expresión, el Todopoderoso:

¡OH GENTES DOTADAS DE ENTENDIMIENTO PARA CONOCER Y OÍDOS PARA ESCUCHAR! El primer llamamiento del Amado es este: ¡Oh ruiseñor místico! No mores sino en el rosedal del espíritu. ¡Oh mensajera del Salomón del amor! No busques refugio sino en la Saba del bienamado. ¡Oh fénix inmortal! No te aposentes sino en la cumbre de la fidelidad. Esa es tu morada, si con las alas del alma te remontas hacia el reino de lo infinito y procuras alcanzar tu destino.

¡OH HIJO DEL ESPÍRITU! El ave busca su nido, y el ruiseñor, el encanto de la rosa; mas las aves de los corazones humanos, contentas con la arcilla temporal, se han alejado de su nido sempiterno y, con la mirada puesta en el lodo de la negligencia, se ven privadas de la gloria de la presencia divina. ¡Ay! ¡Cuán extraño y lamentable! Por un mero sorbo, han desdeñado los mares ondeantes del Altísimo y se han quedado apartadas del más luminoso horizonte.

¡OH AMIGO! En el jardín de tu corazón no plantes sino la rosa del amor, y no dejes escapar al ruiseñor del afecto y del anhelo. Atesora la compañía de los justos y rehúye todo trato con los impíos.

¡OH HIJO DE LA JUSTICIA! ¿Adónde puede ir un amante sino a la tierra de su amada? ¿Y qué buscador encuentra descanso lejos del deseo de su corazón? Para el verdadero amante, la reunión es vida, y la separación, muerte. Vacío de paciencia está su pecho, y su corazón no encuentra sosiego. Miríadas de vidas daría por ir presuroso a la morada de su amada.

¡OH HIJO DE LA ARCILLA! En verdad te digo: de todos los seres, el más negligente es aquel que discute inútilmente y aspira a aventajar a su hermano. Di: ¡Oh compañeros! Que las acciones, y no las palabras, sean vuestro ornamento.

¡OH HIJO DE LA TIERRA! En verdad, has de saber que el corazón donde perdure la menor traza de envidia jamás alcanzará Mi dominio sempiterno, ni percibirá los perfumes sagrados que emanan de Mi reino de santidad.

¡OH HIJO DEL AMOR! Estás a tan solo un paso de las sublimes cúspides de la cercanía y del árbol celestial del amor. Da el primer paso y, con el siguiente, avanza hacia el dominio imperecedero y entra en el pabellón de la eternidad. Presta oído, entonces, a lo que ha revelado la Pluma de Gloria.

¡OH HIJO DE LA GLORIA! Camina presuroso por el sendero de la santidad y entra en el cielo de la comunión conmigo. Limpia tu corazón con el pulimento del espíritu y dirígete a la corte del Altísimo.

¡OH SOMBRA FUGAZ! Deja atrás las etapas inferiores de la duda y asciende a las sublimes alturas de la certeza. Abre el ojo de la realidad para que puedas contemplar la Belleza desvelada y exclamar: ¡Santificado sea el Señor, el más excelente de los creadores!

¡OH HIJO DEL DESEO! Presta oído atento: jamás ojos mortales reconocerán la Belleza sempiterna, ni el corazón sin vida se deleitará en otra cosa que no sea la flor marchita, pues cada cual busca su igual y goza de la compañía de sus semejantes.

¡OH HIJO DE LA ARCILLA! Ciega los ojos para contemplar Mi belleza; cierra los oídos para escuchar la dulce melodía de Mi voz; vacíate de todo saber para participar de Mi conocimiento; y purifícate de riquezas para obtener una parte perdurable del océano de Mi eterna abundancia. Ciega los ojos, es decir, a todo, salvo a Mi belleza; cierra los oídos a todo, excepto a Mi palabra; y vacíate de todo saber, salvo del conocimiento de Mí, para que, con visión clara, corazón puro y oído atento, puedas entrar en la corte de Mi santidad

¡OH TÚ, QUE ESTÁS DOTADO DE DOS VISIONES! Cierra un ojo y abre el otro. Cierra uno al mundo y a todo cuanto hay en él, y abre el otro a la sagrada belleza del Amado.

¡OH HIJOS MÍOS! Temo que, privados de la melodía de la paloma celestial, os hundáis nuevamente en las sombras de la perdición absoluta y, sin haber presenciado nunca la belleza de la rosa, al agua y a la arcilla retornéis.

¡OH AMIGOS! No renunciéis a la belleza sempiterna por una belleza que ha de morir, ni pongáis vuestros afectos en este mundo mortal de polvo.

¡OH HIJO DEL ESPÍRITU! Llegará el tiempo en que el ruiseñor de la santidad ya no revele los misterios íntimos, y estaréis todos privados de la melodía celestial y de la voz que proviene de lo alto.

¡OH ESENCIA DE LA NEGLIGENCIA! Miríadas de lenguas místicas se expresan en una sola voz, y miríadas de misterios ocultos se revelan en una sola melodía; pero, ¡ay! no se encuentra oído que oiga, ni corazón que comprenda.

¡OH COMPAÑEROS! Abiertas de par en par están las puertas que llevan a Aquel que no ocupa lugar, y la estancia del amado está adornada con la sangre de los amantes; mas, salvo unos pocos, todos siguen apartados de esta ciudad celestial; y aun entre esos pocos, solo se ha encontrado un número ínfimo con corazón puro y espíritu santificado.

¡OH MORADORES DEL ALTÍSIMO PARAÍSO! Proclamad a los hijos de la certeza que, en los dominios de la santidad, cerca del paraíso celestial, ha aparecido un nuevo jardín, en torno al cual giran los habitantes del dominio de lo alto y los moradores inmortales del exaltado paraíso. Esforzaos, entonces, por alcanzar esa posición, para que de sus anémonas desentrañéis los misterios del amor, y de sus eternos frutos aprendáis el secreto de la divina y consumada sabiduría. ¡Solazados los ojos de quienes allí entran y permanecen!

¡OH AMIGOS MÍOS! ¿Habéis olvidado aquella verdadera y radiante mañana en la que os hallabais todos reunidos en Mi presencia, en aquellos santos y benditos parajes, a la sombra del árbol de la vida que está plantado en el paraíso todoglorioso? Me escuchabais sobrecogidos mientras pronunciaba estas tres santísimas palabras: ¡Oh amigos! No prefiráis vuestra voluntad a la Mía; jamás deseéis aquello que Yo no he deseado para vosotros, y no os acerquéis a Mí con corazones sin vida, manchados de deseos y antojos mundanos. Si purificarais vuestras almas, en este mismo instante recordaríais aquel lugar y aquellos parajes, y a todos se os haría evidente la verdad de Mis palabras.

En la octava de las santísimas líneas de la quinta Tabla del Paraíso, Él dice:

¡OH VOSOTROS QUE YACÉIS COMO MUERTOS EN EL LECHO DE LA NEGLIGENCIA! Han transcurrido siglos, y vuestras preciosas vidas están llegando a su fin; sin embargo, ni un solo hálito de pureza ha ascendido de vosotros a Nuestra corte de santidad. Aunque inmersos en el océano de la falsedad, vuestros labios profesan la única y verdadera fe de Dios. Habéis amado a quien Yo detesto y habéis hecho un amigo de Mi enemigo. Y, aun así, camináis por Mi tierra, complacidos y contentos, sin reparar en que Mi tierra está aborrecida de vosotros y que os rehúye todo cuanto hay en ella. Si tan solo abrierais los ojos, sin duda preferiríais cien mil aflicciones a esta alegría y estimaríais la muerte más que esta vida.

¡OH FIGURA DE POLVO EN MOVIMIENTO! Yo anhelo la comunión contigo, pero tú no confías en Mí. La espada de la rebelión ha derribado el árbol de tu esperanza. Yo, en todo momento, estoy cerca de ti, pero tú siempre estás lejos de Mí. Gloria imperecedera he elegido para ti, pero vergüenza ilimitada has elegido para ti mismo. Mientras aún haya tiempo, regresa y no pierdas la oportunidad.

¡OH HIJO DE LA PASION! Los doctos y los sabios se han esforzado durante muchos años, sin lograr alcanzar la presencia del Todoglorioso; han dedicado vidas enteras a Su búsqueda, sin llegar a contemplar la belleza de Su semblante. Tú, sin el menor esfuerzo, alcanzaste tu meta y, sin buscarlo, encontraste el objeto de tu búsqueda. Aun así, tan envuelto seguiste en el velo de tu ego que ni tus ojos repararon en la belleza del Amado ni tus manos rozaron el borde de Su manto. Los que tenéis ojos para ver, reparad en ello y asombraos.

¡OH HABITANTES DE LA CIUDAD DEL AMOR! Ráfagas mortales han azotado el cirio sempiterno, y la belleza del Joven celestial está envuelta en la oscuridad del polvo. El soberano de los monarcas del amor está siendo injustamente tratado por los súbditos de la tiranía, y la paloma de la santidad yace presa en las garras de las lechuzas. Los moradores del pabellón de la gloria y del concurso celestial lloran y se lamentan, en tanto que vosotros reposáis en el reino de la negligencia y pensáis que sois de los verdaderos amigos. ¡Cuán vanas son vuestras imaginaciones!

¡OH NECIOS CON REPUTACIÓN DE SABIOS! ¿Por qué os disfrazáis de pastores, cuando por dentro os habéis convertido en lobos al acecho de Mi rebaño? Sois como la estrella que asoma antes del alba y que, si bien parece radiante y luminosa, desvía a los caminantes de Mi ciudad hacia los senderos de la perdición.

¡OH GENTES DE NOBLE APARIENCIA PERO VILES POR DENTRO! Sois como agua clara pero amarga, de apariencia pura y cristalina, que cuando la prueba el Catador divino no acepta de ella ni una gota siquiera. Es cierto, el rayo del sol cae por igual sobre el polvo y el espejo, pero la diferencia en su reflejo es como la de la estrella y la tierra. Más aún, ¡inmensurable es la diferencia!

¡OH MI AMIGO DE PALABRA! Reflexiona un momento. ¿Has oído alguna vez que amigo y enemigo habiten en un mismo corazón? Expulsa, entonces, al extraño para que el Amigo entre en Su morada.

¡OH HIJO DE LA ARCILLA! Todo cuanto hay en el cielo y en la tierra lo he dispuesto para ti, salvo el corazón humano, que he destinado como aposento de Mi belleza y de Mi gloria; pero tú entregaste Mi hogar y Mi morada a otro que no era Yo; y, cuandoquiera que la manifestación de Mi santidad acudía a Su propia morada, hallaba allí a un extraño y, sin hogar, tornaba presurosa al santuario del Bienamado. No obstante, he ocultado tu secreto y no he deseado tu vergüenza.

¡OH ESENCIA DEL DESEO! Muchos días, al amanecer, he bajado a tu morada desde los dominios de Quien no ocupa lugar, y te he hallado en el lecho de la holganza, ocupado con otros en lugar de conmigo. En seguida, cual relámpago del espíritu, regresé a los dominios de gloria celestial y, en Mis retiros de lo alto, no se lo mencioné a las huestes de la santidad.

¡OH HIJO DE LA MUNIFICENCIA! De los desiertos de la nada, con la arcilla de Mi mandato, te hice aparecer y dispuse para tu educación cada átomo existente y la esencia de todo lo creado. Así, antes de que salieras del vientre de tu madre, destiné para ti dos manantiales de leche reluciente, ojos que velasen por ti y corazones que te amasen. En virtud de Mi tierna bondad, a la sombra de Mi misericordia te crie, y por la esencia de Mi gracia y Mi favor cuidé de ti. Y Mi propósito en todo esto era que alcanzaras Mi dominio sempiterno y llegaras a ser digno de Mis dádivas invisibles. Y, sin embargo, permaneciste desatento y, cuando hubiste crecido, olvidaste todos Mis favores y te entregaste a tus ociosas imaginaciones, de tal modo que te volviste totalmente olvidadizo y, alejándote de la puerta del Amigo, te alojaste en los recintos de Mi enemigo.

¡OH ESCLAVO DEL MUNDO! Muchos días, al amanecer, sopló sobre ti la brisa de Mi tierna bondad y te encontró dormido en el lecho de la negligencia. Lamentando así tu condición, regresó al lugar de donde venía.

¡OH HIJO DE LA TIERRA! Si Me deseas, no busques a nadie más que a Mí; y si quieres contemplar Mi belleza, cierra los ojos al mundo y a todo cuanto hay en él; pues Mi voluntad y la voluntad de otro que no sea Yo, al igual que el fuego y el agua, no pueden habitar en un mismo corazón.

¡OH AMPARADO FORASTERO! La mano de Mi poder ha prendido el cirio de tu corazón; no lo extingas con los vientos contrarios del yo y de la pasión. Lo que sana todos tus males es el recuerdo de Mí; no lo olvides. Haz de Mi amor tu tesoro y estímalo como a tu propia vista y a tu vida misma.

¡OH HERMANO MÍO! Escucha las deliciosas palabras de Mi lengua almibarada y bebe del arroyo de mística santidad que fluye de Mis labios azucarados. Siembra las semillas de Mi sabiduría divina en la tierra pura de tu corazón y riégalas con el agua de la certeza, para que los jacintos de Mi conocimiento y sabiduría broten verdes y lozanos en la sagrada ciudad de tu corazón.

¡OH MORADORES DE MI PARAÍSO! Con las manos de Mi tierna bondad he plantado en el santo jardín del paraíso el joven árbol de vuestro amor y vuestra amistad, y lo he regado con las abundantes lluvias de Mi tierno favor. Ahora que ha llegado el tiempo de dar sus frutos, esforzaos por mantenerlo protegido, para que no se consuma con las llamas del deseo y la pasión.

¡OH AMIGOS MÍOS! Extinguid la lámpara del error y encended en vuestro corazón la antorcha perdurable de la guía divina. Pues, en breve, los tasadores de la humanidad, en la santa presencia del Adorado, no aceptarán sino la más pura virtud y hechos de inmaculada santidad.

¡OH HIJO DE LA ARCILLA! Sabios son quienes no hablan si no hay oídos que escuchen, como el copero que no ofrece su copa hasta encontrar al sediento, y el amante que no exclama desde el fondo de su corazón hasta contemplar la belleza de su amada. Por tanto, siembra las semillas de la sabiduría y el conocimiento en la tierra pura del corazón, y ocúltalas hasta que los jacintos de la sabiduría divina broten del corazón, y no del lodo y la arcilla.

Escrito y registrado en la primera línea de la Tabla, y oculto en el santuario del tabernáculo de Dios, consta así:

¡OH MI SIERVO! No renuncies a un dominio sempiterno a cambio de aquello que perece, ni deseches la soberanía celestial por un deseo mundano. Esta es el agua de vida eterna que ha brotado del manantial de la pluma del misericordioso. ¡Dichosos los que beben de ella!

¡OH HIJO DEL ESPÍRITU! Rompe tu jaula y, cual fénix del amor, remóntate a los cielos de la santidad. Vacíate de ti mismo y, lleno del espíritu de la misericordia, habita en el reino de santidad celestial.

¡OH VÁSTAGO DEL POLVO! No te contentes con el bienestar de un día pasajero, y no te prives de un reposo sempiterno. No trueques el jardín de felicidad eterna por el cúmulo de polvo de un mundo perecedero. Asciende desde tu prisión a las gloriosas praderas de lo alto y, desde tu jaula mortal, remonta el vuelo hacia el paraíso de Aquel que no ocupa lugar.

¡OH SIERVO MÍO! Libérate de las cadenas de este mundo y redime tu alma de la prisión del yo. Aprovecha tu oportunidad, pues no volverá a ti nunca más.

¡OH HIJO DE MI SIERVA! Si pudieras contemplar la soberanía inmortal, aspirarías a abandonar este mundo efímero. Mas ocultarte aquella y desvelarte este es un misterio que nadie, salvo los puros de corazón, puede comprender.

¡OH MI SIERVO! Purifica tu corazón de toda malicia y, libre de envidia, entra en la divina corte de la santidad.

¡OH MIS AMIGOS! Transitad por los senderos del agrado del Amigo y sabed que Su agrado está en el agrado de Sus criaturas. Es decir: nadie debe entrar en la casa de su amigo sin su beneplácito, ni poner las manos sobre sus bienes, ni preferir su propia voluntad a la de su amigo; y en ningún caso debe intentar aventajarle. Meditad sobre esto, oh gentes dotadas de percepción.

¡OH COMPAÑERO DE MI TRONO! No oigas nada malo ni veas nada malo; no te rebajes, ni llores ni te lamentes. No digas nada malo, para no oír nada malo; y no agrandes las faltas de otros, para que tus propias faltas no parezcan grandes; y no desees la degradación de nadie, para que no quede expuesta tu propia degradación. Vive, pues, los días de tu vida ―más breves que un instante fugaz― con la mente limpia, el corazón inmaculado, los pensamientos puros y el alma santificada, para que, libre y feliz, renuncies a esta figura mortal, te remontes al paraíso místico y habites para siempre en el dominio imperecedero.

¡AY, AY DE VOSOTROS, AMANTES DEL DESEO MUNDANO! Con la velocidad del rayo habéis pasado frente al Amado y habéis puesto vuestro afecto en fantasías malignas. Os arrodilláis ante una vana quimera y la llamáis verdad. Os volvéis hacia la espina y la llamáis flor. Ni un solo hálito de pureza ha emanado de vosotros, ni ha soplado la brisa del desprendimiento de las praderas de vuestro corazón. Habéis arrojado a los vientos los amorosos consejos del Bienamado y los habéis eliminado de la tabla de vuestro corazón y, cual bestias del campo, vivís y os movéis en los pastos del deseo y de la pasión.

¡OH COMPAÑEROS DE CAMINO! ¿Por qué habéis descuidado la mención del Amado y permanecido lejos de Su sagrada presencia? La esencia de la belleza se halla dentro del pabellón incomparable, establecida sobre el trono de la gloria, mientras vosotros os entretenéis con ociosas disputas. Soplan los dulces aromas de la santidad y se desprende por doquier el hálito de la misericordia; pero todos estáis acatarrados y os veis privados de ellos. ¡Ay de vosotros, y de quienes andan por vuestros caminos y siguen vuestros pasos!

¡OH HIJOS DEL DESEO! Quitaos el ropaje de la vanagloria y despojaos del atuendo de la altivez.

En la tercera de las santísimas líneas que la pluma del invisible ha escrito y consignado en la Tabla Rubí, consta así:

¡OH HERMANOS! Sed tolerantes los unos con los otros y no pongáis vuestro afecto en cosas mundanas. No os preciéis de vuestra gloria, ni os avergoncéis de la humillación. ¡Por Mi belleza! Del polvo he creado todas las cosas, y al polvo las haré regresar.

¡OH HIJOS DE LA ARCILLA! Habladles a los ricos del suspirar de los pobres en medio de la noche, no sea que la negligencia los lleve al sendero de la destrucción y los prive del Árbol de la Riqueza. Dar y ser generoso son atributos Míos; bienaventurado es aquel que se adorna con Mis virtudes.

¡OH QUINTAESENCIA DE LA PASIÓN! Deja a un lado la codicia y ve en busca del contento; pues el que siente codicia ha estado siempre necesitado, y aquel que se contenta siempre ha sido querido y loado.

¡OH HIJO DE MI SIERVA! No te aflijas en la pobreza ni te confíes en la riqueza, pues a la pobreza sigue la riqueza y tras la riqueza viene la pobreza. Mas ser pobre en todo, menos en Dios, es una dádiva maravillosa; no desdeñes su valor, pues finalmente te hará rico en Dios, y así comprenderás el significado de «En verdad, vosotros sois los pobres», y las santas palabras «Dios es Quien todo lo posee» despuntarán en el corazón del amante, gloriosas y resplandecientes como la verdadera mañana, y perdurarán, seguras, en el trono de la riqueza.

¡OH HIJOS DE LA NEGLIGENCIA Y LA PASIÓN! Habéis recibido en Mi casa a Mi enemigo y habéis expulsado a Mi amigo, pues en vuestro corazón habéis albergado el amor de otro fuera de Mí. Prestad oído a las palabras del Amigo y volveos hacia Su paraíso. Los amigos mundanos, en pos de su propio bien, parecen amarse unos a otros, mientras que el Amigo verdadero os ha amado y os ama por vosotros mismos; es más, ha padecido multitud de aflicciones para poder guiaros. No seáis desleales con semejante Amigo; más bien, avanzad presurosos hacia Él. Esta es la aurora de la palabra de la veracidad y la fidelidad que ha despuntado en el horizonte de la pluma del Señor de todos los nombres. Abrid los oídos para percibir la palabra de Dios, Quien ayuda en el peligro, Quien existe por Sí mismo.

¡OH VOSOTROS QUE OS ENVANECÉIS CON RIQUEZAS MORTALES! Sabed en verdad que la riqueza es una sólida barrera entre el buscador y el objeto de su deseo, entre el amante y su amada. Los ricos, salvo unos pocos, de ningún modo llegarán a la corte de Su presencia ni entrarán en la ciudad del contento y la resignación. Bienaventurado, pues, aquel cuyas riquezas no le impiden alcanzar el reino eterno ni le privan del dominio imperecedero. ¡Por el Más Grande Nombre! ¡El resplandor de esa persona pudiente iluminará a los moradores del cielo, así como el Sol alumbra a las gentes de la Tierra!

¡OH RICOS DE LA TIERRA! Los pobres entre vosotros son Mi encomienda; cuidad de Mi encomienda y no os ocupéis solo en vuestro propio bienestar.

¡OH HIJO DE LA PASIÓN! Límpiate de la profanación de las riquezas y avanza hacia el dominio de la pobreza con absoluta serenidad, para que, de la fuente del desprendimiento, bebas el vino de la vida inmortal.

¡OH HIJO MÍO! La compañía del impío aumenta la tristeza, mientras que el trato con los justos limpia la herrumbre del corazón. Quien busque la comunión con Dios, que acuda a la compañía de Sus amados; y quien desee escuchar la palabra de Dios, que preste oído a las palabras de Sus escogidos.

¡OH HIJO DE LA ARCILLA ¡Ten cuidado! No andes con el impío ni busques su compañía, pues el trato con él hace que el fulgor del corazón se vuelva fuego infernal.

¡OH HIJO DE MI SIERVA! Si anhelas la gracia del Espíritu Santo, busca la compañía de los justos, pues estos han bebido del cáliz de la vida eterna de manos del Copero inmortal y, cual verdadera mañana, despiertan e iluminan los corazones de los muertos.

¡OH NEGLIGENTES! No creáis que los secretos de los corazones están ocultos; al contrario: tened por cierto que se encuentran grabados con caracteres nítidos y claramente visibles ante la santa Presencia.

¡OH AMIGOS! En verdad os digo: todo lo que habéis escondido en vuestros corazones Nos es claro y manifiesto como el día; mas que ello esté oculto se debe a Nuestra gracia y favor, y no a vuestro merecimiento.

¡OH HIJO DEL HOMBRE! Del insondable océano de Mi misericordia, he salpicado una gota de rocío sobre los pueblos del mundo, mas a nadie he encontrado que se vuelva hacia ella; pues todos han trocado el vino celestial de la unidad por las fétidas escorias de la impureza y, contentos con una copa mortal, han renunciado al cáliz de la inmortal belleza. Infame es aquello con lo que se contentan.

¡OH HIJO DE LA ARCILLA! No retires los ojos del vino incomparable del Amado sempiterno, y no los abras a desechos fétidos y mortales. Toma el cáliz de la vida inmortal de manos del Copero divino, para que tuya sea toda sabiduría y percibas la voz mística que llama desde el reino de lo invisible. Exclama: ¡Oh gente de bajas miras! ¿Por qué habéis despreciado Mi vino santo y sempiterno, a cambio de agua que se evapora?

¡OH PUEBLOS DEL MUNDO! Sabed que, en verdad, una calamidad imprevista os acecha y un doloroso castigo os aguarda. No penséis que cuanto habéis cometido se ha borrado de Mi vista. ¡Por Mi belleza! Todas vuestras acciones las ha inscrito Mi pluma con caracteres nítidos en tablas de crisólito.

¡OH OPRESORES DE LA TIERRA! Apartad las manos de la tiranía, pues Me he comprometido a no perdonar la injusticia de nadie. Esta es Mi alianza, que he decretado irrevocablemente en la tabla resguardada y he sellado con Mi sello de gloria.

¡OH REBELDES! Mi indulgencia os ha envalentonado y Mi paciencia os ha hecho indolentes, de tal modo que galopáis sobre el furioso corcel de la pasión hacia caminos peligrosos que conducen a la destrucción. ¿Creíais que era inconsciente o que no Me daba cuenta?

¡OH EMIGRANTES! La lengua la he destinado para hacer mención de Mí; no la profanéis con maledicencias. Y si os venciere el fuego del yo, recordad vuestras propias faltas y no las faltas de Mis criaturas, pues cada uno de vosotros se conoce a sí mismo mejor que a los demás.

¡OH HIJOS DE LA FANTASÍA! Sabed, en verdad, que al despuntar la radiante mañana sobre el horizonte de santidad eterna, los secretos y actos malignos perpetrados en la oscuridad de la noche serán descubiertos y puestos de manifiesto ante las gentes del mundo.

¡OH MALEZA QUE BROTA DEL POLVO! ¿Cómo es que estas manos manchadas tuyas no han tocado primero tu propia vestimenta, y con corazón mancillado por el deseo y la pasión buscas la comunión conmigo y entrar en Mi dominio sagrado? ¡Lejos, muy lejos estáis de aquello que deseáis!

¡OH HIJOS DE ADÁN! Las palabras santas y las acciones buenas y puras ascienden al cielo de la gloria celestial. Esforzaos para que vuestras acciones se limpien del polvo del yo y de la hipocresía, y sean aceptadas en la corte de gloria; pues, en breve, los tasadores de la humanidad, en la santa presencia del Adorado, no aceptarán sino absoluta virtud y acciones de inmaculada pureza. Este es el sol de la sabiduría y del misterio divino que ha brillado en el horizonte de la voluntad divina. Bienaventurados quienes se vuelven hacia él.

¡OH HIJO DE LO MUNDANO! Grato es el reino del ser, si tan solo lo alcanzaras; glorioso es el dominio de la eternidad, si tan solo trascendieras el mundo de la mortalidad; y dulce es el éxtasis sagrado, si tan solo bebieras del cáliz místico de manos del Joven celestial. Si alcanzaras ese estado, te librarías de la destrucción y la muerte, de la fatiga y el pecado.

¡OH AMIGOS MÍOS! Recordad aquella alianza que establecisteis conmigo sobre el Monte Parán, situado en los sagrados recintos de Zamán. Tomé como testigos al concurso de lo alto y a los moradores de la ciudad de la eternidad, mas ahora no encuentro a nadie que sea leal a la alianza. Sin duda, el orgullo y la rebeldía la han borrado de los corazones, de tal manera que no queda de ella vestigio alguno. Aun sabiéndolo, he aguardado y no lo he dado a conocer.

¡OH MI SIERVO! Eres como una espada de fino temple envuelta en la oscuridad de su funda, y cuyo valor queda oculto al conocimiento del artífice. Sal, entonces, de la envoltura del yo y del deseo para que tu valía se manifieste y resplandezca ante todo el mundo.

¡OH MI AMIGO! Tú eres el sol de los cielos de Mi santidad; no dejes que la corrupción del mundo eclipse tu esplendor. Rasga el velo de la negligencia, y aparece resplandeciente de detrás de las nubes y engalana todas las cosas con el atavío de la vida.

¡OH HIJOS DE LA VANAGLORIA! Por una soberanía efímera habéis renunciado a Mi dominio sempiterno, y os habéis engalanado con los vistosos ropajes del mundo y hacéis alarde de ello. ¡Por Mi belleza! A todos reuniré bajo la capa unicolor del polvo y eliminaré toda esa diversidad de colores, excepto a aquellos que escojan el Mío, que consiste en purificarse de todo color.

¡OH HIJOS DE LA NEGLIGENCIA! No pongáis vuestro afecto en la soberanía mortal ni os deleitéis en ella. Sois como el pájaro incauto que, lleno de confianza, gorjea sobre la rama hasta que, de repente, la cazadora Muerte lo derriba al suelo, y la melodía, la forma y el color desaparecen sin dejar rastro. Tened cuidado, pues, oh esclavos del deseo.

¡OH HIJO DE MI SIERVA! La guía siempre se ha expresado con palabras, mas ahora se expresa con acciones. Todos deben manifestar acciones puras y santas, pues las palabras son propiedad de todos por igual, en tanto que acciones como estas son propias solo de Nuestros amados. Esforzaos, pues, con alma y corazón para distinguiros por vuestras acciones. Así os aconsejamos en esta tabla santa y resplandeciente.

¡OH HIJO DE LA JUSTICIA! Durante la noche, desde la cumbre esmeralda de la fidelidad, la belleza del Ser inmortal acudió al Sadratu’l-Muntahá y lloró con tal llanto que el concurso de lo alto y los moradores de los dominios celestiales gimieron por Su lamento. Entonces se Le preguntó: ¿Por qué ese llanto y ese lamento? Él respondió: Tal como se Me ordenó, aguardé expectante en el monte de la fidelidad, mas no aspiré la fragancia de la lealtad de quienes habitan la tierra. Llamado entonces a regresar, miré, y he aquí que ciertas palomas de santidad estaban agonizando en las garras de los perros de la tierra. En seguida, la Doncella celestial salió rápidamente de Su mística mansión, resplandeciente y sin velos, preguntando por sus nombres, y todos fueron mencionados menos uno. Y al insistir, fue pronunciada la primera letra de este, con lo cual los moradores de los aposentos celestiales salieron precipitadamente de su morada de gloria. Y al pronunciarse la segunda letra, cayeron todos al polvo. En ese instante se oyó una voz proveniente del santuario más íntimo: «Hasta aquí y no más allá». Ciertamente, atestiguamos lo que han hecho y lo que hacen ahora.

¡OH HIJO DE MI SIERVA! Bebe de la boca del misericordioso la corriente de misterio divino, y contempla el esplendor manifiesto del sol de la sabiduría en la aurora de la expresión divina. Siembra las semillas de Mi sabiduría divina en la tierra pura del corazón y riégalas con las aguas de la certeza, para que broten verdes y lozanos los jacintos del conocimiento y la sabiduría en la ciudad sagrada del corazón.

¡OH HIJO DEL DESEO! ¿Hasta cuándo has de volar por los espacios del deseo? Te he dado alas para que vueles a los dominios de la santidad mística, y no a las regiones de fantasías malignas. Un peine te he dado también para que arregles Mis mechones azabaches, y no para que laceres Mi garganta.

¡OH MIS SIERVOS! Vosotros sois los árboles de Mi vergel; debéis producir frutos excelentes y admirables, para vuestro propio beneficio y el beneficio de otros. Por tanto, incumbe a todos ocuparse en oficios y profesiones, ya que en ello reside el secreto de la riqueza, oh gentes dotadas de entendimiento, pues los resultados dependen de los medios, y la gracia de Dios os será del todo suficiente. Los árboles que no dan fruto han estado y estarán siempre destinados al fuego.

¡OH MI SIERVO! Las peores personas son aquellas que no producen ningún fruto en la tierra. En verdad, esas personas se cuentan entre los muertos. No, mejores son los muertos a los ojos de Dios que esas almas ociosas e inútiles.

¡OH MI SIERVO! Las mejores personas son aquellas que se ganan el sustento con su ocupación y lo emplean en sí mismas y en sus parientes, por amor a Dios, el Señor de todos los mundos.

La Novia mística y maravillosa, antes oculta tras los velos de la expresión, se ha revelado ahora por la gracia de Dios y Su divino favor, como la luz brillante que derrama la belleza del Amado. ¡Oh amigos! Soy testigo de que el favor se ha consumado, el argumento se ha efectuado, la prueba ha quedado clara, y la evidencia, establecida. Veamos ahora lo que habrán de revelar vuestros esfuerzos en el sendero del desprendimiento. De este modo se os ha concedido plenamente el favor divino, a vosotros y a cuantos están en el cielo y en la tierra. Toda alabanza sea para Dios, el Señor de todos los Mundos