Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh

I

¡Loado y glorificado eres Tú, oh Señor, mi Dios! ¿Cómo puedo yo hacer mención de Ti, estando seguro de que ninguna lengua, por muy profunda que sea su sabiduría, puede magnificar debidamente Tu nombre, ni el ave del corazón humano, por grande que sea su anhelo, jamás tendrá esperanza de ascender al cielo de Tu majestad y conocimiento?

Si Te describo, oh mi Dios, como Aquel que todo lo percibe, me veo compelido a admitir que Aquellos que son las más elevadas Personificaciones de la percepción han sido creados por virtud de Tu mandato. Y si Te alabo como Aquel que es el Omnisapiente, me veo igualmente forzado a reconocer que los mismos Manantiales de la sabiduría han sido generados por la acción de Tu Voluntad. Y si Te proclamo como el Incomparable, pronto descubro que Aquellos que son la íntima esencia de la unicidad han sido enviados por Ti y no son más que las pruebas de Tu obra maestra. Y si Te aclamo como el Conocedor de todas las cosas, debo confesar que Aquellos que son la Quintaesencia del conocimiento no son sino creación e instrumentos de Tu Propósito.

Excelso, inmensamente excelso eres Tú, por encima de los esfuerzos que haga el ser mortal por desentrañar Tu misterio, describir Tu gloria o siquiera insinuar la naturaleza de Tu Esencia. Pues por mucho que logren tales esfuerzos, jamás podrán tener la esperanza de trascender las limitaciones impuestas a Tus criaturas, ya que esos empeños están animados por Tu decreto y son engendrados por Tu inventiva. Los sentimientos más elevados que el más santo de los santos pueda expresar en Tu alabanza, y la más profunda sabiduría que el más erudito de los eruditos pueda pronunciar en su tentativa de comprender Tu naturaleza, giran todos alrededor de aquel Centro que está completamente subordinado a Tu soberanía, adora Tu Belleza y es propulsado por el movimiento de Tu Pluma.

¡Es más, no permitas, oh mi Dios, que yo haya pronunciado palabras tales que inevitablemente impliquen la existencia de alguna relación directa entre la Pluma de Tu Revelación y la esencia de todas las cosas creadas! ¡Lejos, muy lejos se hallan de concebir tal relación Quienes están relacionados contigo! Ninguna comparación ni semejanza hace justicia al Árbol de Tu Revelación, y están cerrados todos los caminos hacia la comprensión de la Manifestación de Tu Ser y la Aurora de Tu Belleza.

¡Lejos, muy lejos de Tu gloria esté lo que un mortal pueda afirmar de Ti o atribuirte, o la alabanza con que Te pueda glorificar! Cualquier deber que Tú hayas prescrito a Tus siervos de ensalzar al máximo Tu majestad y gloria es sólo una muestra de Tu gracia hacia ellos, para que puedan ascender a la estación conferida a su propio ser interior, la estación del conocimiento de sí mismos.

Nadie que no seas Tú ha podido, en ningún momento, desentrañar Tu misterio o ensalzar dignamente Tu grandeza. Inescrutable y muy por encima de la alabanza de los hombres permanecerás Tú eternamente. No hay otro Dios más que Tú, el Inaccesible, el Omnipotente, el Omnisciente, el Sacratísimo.