Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh
CXV
La Pluma de la Revelación, oh Dhabíḥ, en la mayoría de las Tablas divinamente reveladas, ha consignado estas palabras: Hemos amonestado a todos los amados de Dios a que tengan cuidado de que la orla de Nuestra sagrada vestidura no sea manchada con la inmundicia de acciones ilícitas o ensuciada con el polvo de una conducta reprensible. Además, les hemos exhortado a fijar su mirada en todo lo que ha sido revelado en Nuestras Tablas. Si su oído interior hubiera estado atento a los consejos divinos que han brillado en la Aurora de la Pluma del Todomisericordioso, y si hubieran hecho caso de Su Voz, la mayoría de los pueblos de la tierra ya habrían sido adornados con el ornamento de Su guía. Empero, ha ocurrido lo que había sido preordinado.
Una vez más, la Lengua del Anciano de Días, desde ésta, la Más Grande Prisión, revela estas palabras que están consignadas en este Pergamino de nívea blancura: ¡Oh vosotros, los bienamados del único Dios verdadero! Trascended los estrechos retiros de vuestros deseos malos y corruptos, avanzad hacia la vasta inmensidad del reino de Dios, y morad en los prados de la santidad y del desprendimiento para que la fragancia de vuestras obras guíe a toda la humanidad al océano de la imperecedera gloria de Dios. Absteneos de ocuparos en los asuntos de este mundo y de todo lo que pertenece a él, o de mezclaros en las actividades de los que son sus jefes visibles.
El único Dios verdadero, exaltada sea Su gloria, ha concedido a los reyes el gobierno del mundo. A nadie se le ha dado el derecho de actuar de una manera contraria a las opiniones respetables de quienes tienen autoridad. Lo que Él ha reservado para Sí son las ciudades de los corazones humanos; y los amados de Quien es la Verdad Soberana son en este Día como sus llaves. Quiera Dios que todos ellos sean capacitados para abrir, mediante el poder del Más Grande Nombre, las puertas de estas ciudades. Esto es lo que significa ayudar al único Dios verdadero, tema al que se ha referido en todos Sus Libros y Tablas la Pluma de Quien hace que rompa el alba.
Incumbe, asimismo, a los amados de Dios ser indulgentes con sus semejantes, estar tan santificados y desprendidos de todas las cosas, y mostrar tal sinceridad y equidad, que todos los pueblos de la tierra puedan reconocer que ellos son los fiduciarios de Dios entre las gentes. Considera a qué elevadas alturas se han remontado los mandatos del Todopoderoso, y cuán abyecta es la habitación donde viven estas almas endebles. Bienaventurados son aquellos que, en alas de la certeza, han volado por los cielos que ha desplegado la Pluma de tu Señor, el Todomisericordioso.
Mira, oh Dhabíḥ, las obras que ha producido Dios, la Soberana Verdad. Di tú: ¡Cuán grande, cuán inmensamente grande es la fuerza de Su poder que abarca todos los mundos! ¡Exaltado, inmensamente exaltado es Su desprendimiento por encima del alcance y comprensión de toda la creación! ¡Glorificada, glorificada sea Su mansedumbre, mansedumbre que ha derretido los corazones de quienes han sido traídos a la cercanía de Dios!
A pesar de ser afligidos por innumerables tribulaciones, que hemos sufrido a manos de Nuestros enemigos, hemos proclamado a todos los gobernantes de la tierra lo que Dios ha querido proclamar, para que todas las naciones sepan que ninguna forma de aflicción puede impedir a la Pluma del Anciano de Días lograr su propósito. Su Pluma se mueve con el permiso de Dios, Quien moldea los huesos descompuestos que se deshacen.
Considerando esta grandiosa empresa, incumbe a todos los que Le aman aprestar sus esfuerzos y fijar sus pensamientos en lo que asegure la victoria de la causa de Dios, en vez de cometer acciones viles y despreciables. Si, por un momento, reflexionaras sobre las obras y acciones visibles de Aquel que es la Verdad Eterna, caerías al suelo y exclamarías: ¡Oh, Tú que eres el Señor de los Señores! Atestiguo que Tú eres el Señor de toda la creación, y el Educador de todos los seres visibles e invisibles. Soy testigo de que Tu poder ha abarcado el universo entero, y que las huestes de la tierra nunca podrán desalentarte, ni el dominio de todos los pueblos y naciones podrá impedirte ejecutar Tu propósito. Confieso que Tú no tienes otro deseo que la regeneración del mundo entero, el establecimiento de la unidad de sus pueblos y la salvación de cuantos habitan en él.
Reflexiona un momento y piensa cómo deben conducirse quienes son los amados de Dios y a qué alturas deben remontarse. Ruega en todo momento a tu Señor, el Dios de Misericordia, que les ayude a hacer lo que es Su Voluntad. Verdaderamente Él es el Más Poderoso, el Todoglorioso, el Omnisciente.
La encarcelación impuesta a este Agraviado, oh Dhabíḥ, no Le hizo ningún daño ni podrá nunca hacérselo; tampoco podrán causarle ningún perjuicio la pérdida de todos Sus bienes terrenales, Su exilio, ni aun Su martirio y aparente humillación. Lo que sí puede perjudicarle son las malas acciones que cometen los amados de Dios, y que Se las imputan a Aquel que es la Soberana Verdad. Ésta es la aflicción que padezco, y de esto Aquel que es poderoso sobre todas las cosas es Mi testigo. Lo que Me ha dolido enormemente son las pretensiones que el pueblo del Bayán formula cada día. Algunos han declarado su lealtad a una de Mis Ramas (Hijos), mientras que otros han afirmado sus pretensiones independientes y han actuado de acuerdo con sus propios deseos.
¡Oh Dhabíḥ! La Lengua de Grandeza dice: ¡Por Mi propio Ser, que habla la verdad! En esta poderosísima Revelación, todas las Dispensaciones del pasado han alcanzado su más elevada y definitiva consumación. Quien se arrogue una Revelación después de Él semejante hombre es de seguro un mendaz impostor. Suplicamos a Dios que benignamente le ayude a retractarse y repudiar tamaña pretensión. Si se arrepintiere, Dios, sin duda, le perdonará. Mas si persistiere en su error, de seguro Dios enviará a uno que le tratará sin misericordia. Verdaderamente Él es el Todopoderoso, el Omnipotente.
Mira cómo el pueblo del Bayán no ha reconocido de ningún modo que el único objetivo de todo lo que ha revelado Mi Manifestación Anterior y Precursor de Mi Belleza ha sido Mi Revelación y la proclamación de Mi Causa. Él nunca habría pronunciado, sino por Mí, lo que pronunció, y de esto pongo por testigo a Aquel que es la Soberana Verdad. ¡Observa cómo esta gente insensata ha tratado la Causa de Aquel que es el Poseedor, el Inaccesible, como juego y pasatiempo! Sus corazones inventan cada día una nueva maquinación y su fantasía los lleva a buscar un retiro nuevo. Si lo que dicen es cierto, ¿cómo, entonces, puede asegurarse la estabilidad de la Causa de tu Señor? Reflexiona sobre esto en tu corazón y sé de aquellos de vista aguda, que inquieren con cuidado, que son de propósito firme y de creencia confiada. Tal debería ser tu certeza, que si toda la humanidad declarara pretensiones que nadie haya jamás presentado ni ninguna mente concebido, tú no harías caso de ellas, las desecharías y volverías tu rostro hacia Aquel que es el Objeto de la adoración de todos los mundos.
¡Por la rectitud de Mi propio Ser! ¡Grande, inmensamente grande es esta Causa! ¡Magno, inconcebiblemente magno es este Día! Bienaventurado, de verdad, es aquel que ha renunciado a todo y ha fijado su vista en Aquel Cuya faz ha iluminado a todos los que están en los cielos y a todos los que están en la tierra.
Tu vista ha de ser aguda, oh Dhabíḥ, tu alma diamantina, y tus pies como el bronce, si deseas no ser conmovido por los asaltos de los deseos egoístas que susurran en los pechos de los hombres. Éste es el firme mandamiento que, en virtud de la Voluntad del Antiguo Rey, la Pluma del Más Grande Nombre ha sido movida a revelar. Cuídalo como la niña de tus ojos y sé de los agradecidos. Empéñate de día y de noche en servir a la Causa de Aquel que es la Verdad Eterna, y sé desprendido de todo menos de Él. ¡Por Mí mismo! Todo lo que veas en este Día perecerá. Sumamente elevada será tu posición si permaneces firme en la Causa de tu Señor. Hacia Él están dirigidos tus diligentes movimientos y en Él está tu descanso final.