Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh
CXVII
El Gran Ser, deseando revelar los requisitos para la paz y tranquilidad del mundo y el avance de sus pueblos, ha escrito: Debe llegar el tiempo en que se reconozca universalmente la imperativa necesidad de celebrar una reunión vasta y omnímoda de personas. Los gobernantes y reyes de la tierra deben necesariamente concurrir a ella y, participando en sus deliberaciones, deben considerar los medios y arbitrios para echar los cimientos de la Gran Paz mundial entre los hombres. Esa paz exige que las grandes potencias decidan, para la tranquilidad de los pueblos de la tierra, estar completamente reconciliadas entre sí. Si algún rey se levantare en armas contra otro, todos unidos deberán alzarse para impedírselo. Si esto se hace, las naciones del mundo ya no necesitarán armamentos, salvo con el fin de preservar la seguridad de sus dominios y mantener el orden interno dentro de sus territorios. Esto asegurará la paz y la calma de todos los pueblos, gobiernos y naciones. Ojalá que los reyes y gobernantes de la tierra, los espejos del dadivoso y omnipotente nombre de Dios, alcancen esta posición y escuden a la humanidad de la embestida de la tiranía... Se aproxima el día en que todos los pueblos de la tierra habrán adoptado un idioma universal y una escritura común. Cuando se haya logrado esto, a cualquier ciudad que uno viaje, será como llegar a la suya propia. Estas cosas son obligatorias y absolutamente esenciales. Incumbe a toda persona dotada de discernimiento y comprensión esforzarse por traducir lo que ha sido escrito a la realidad y acción... Es un verdadero ser humano quien hoy se dedica al servicio de toda la raza humana. El Gran Ser dice: Bienaventurado y feliz es aquel que se dispone a promover los mejores intereses de los pueblos y linajes de la tierra. En otro pasaje Él ha proclamado: No debe enaltecerse quien ama a su patria, sino quien ama al mundo entero. La tierra es un solo país y la humanidad, sus ciudadanos.