Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh

CXIX

¡Oh gobernantes de la tierra! ¿Por qué habéis ofuscado el resplandor del Sol y hecho que deje de brillar? Escuchad el consejo que os da la Pluma del Altísimo, para que quizá tanto vosotros como los pobres alcancéis tranquilidad y paz. Imploramos a Dios que ayude a los reyes de la tierra a establecer la paz en el mundo. Él verdaderamente hace lo que es Su Voluntad.

¡Oh reyes de la tierra! Vemos que aumentáis vuestros gastos cada año y cargáis su peso sobre vuestros súbditos. Esto, en verdad, es grave y totalmente injusto. Temed los suspiros y las lágrimas de este Agraviado y no impongáis cargas excesivas a vuestros pueblos. No les robéis con el fin de erigir palacios para vosotros; más bien, escoged para ellos lo que escogeríais para vosotros mismos. Así desplegamos a vuestros ojos lo que os aprovecha, si lo comprendierais. Vuestros pueblos son vuestros tesoros. Tened cuidado, no sea que vuestro dominio viole los mandamientos de Dios y entreguéis a vuestros protegidos a manos del ladrón. Por ellos reináis, mediante ellos subsistís, con su ayuda conquistáis. ¡Empero, con qué desdén los miráis! ¡Cuán extraño, cuán profundamente extraño!

Ya que habéis rechazado la Más Grande Paz, aferraos a ésta, la Paz Menor, para que por ventura podáis mejorar en alguna medida vuestra propia condición y la de los que dependen de vosotros.

Reconciliaos entre vosotros, oh gobernantes de la tierra, para que no necesitéis más armamentos, salvo en la medida que fuere necesaria para resguardar vuestros territorios y dominios. Cuidado, no sea que desatendáis el consejo del Omnisciente, el Fiel.

Estad unidos, oh reyes de la tierra, pues así será apaciguada la tempestad de la discordia entre vosotros y vuestros pueblos hallarán descanso, ojalá fuerais de los que comprenden. Si alguno de vosotros se levantara en armas contra otro, levantaos todos contra él, porque esto no es sino justicia manifiesta.