Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh
CXL
¡Oh Muḥammad-‘Alí! Grande es la bienaventuranza que te espera, por cuanto has adornado tu corazón con el ornamento del amor a tu Señor, el Todoglorioso, el Alabado. Todo el bien será con quien alcance esta posición en este día.
No prestes atención a la humillación a que han sido sometidos en este Día los amados de Dios. Esta humillación es el orgullo y la gloria de todo honor temporal y elevación mundana. ¿Qué honor puede imaginarse mayor que el honor conferido por la Lengua del Anciano de Días cuando recuerda a Sus amados en Su Más Grande Prisión? Se aproxima el día en que las nubes interpuestas se habrán disipado completamente, en que la luz de las palabras: “Todo honor pertenece a Dios y a aquellos que Le aman”, habrá aparecido, tan manifiesta como el sol, sobre el horizonte de la Voluntad del Todopoderoso.
Todos, ya sean de elevada o de humilde condición, han buscado y siguen buscando tan grande honor. Sin embargo, tan pronto como el Sol de la Verdad hubo derramado su resplandor sobre el mundo, todos se privaron de sus beneficios y se apartaron como por un velo de su gloria, excepto aquellos que se han aferrado a la cuerda de la infalible providencia del único Dios verdadero, y que, con completo desprendimiento de todo fuera de Él, han dirigido sus rostros hacia Su santa corte.
Dale gracias a Quien es el Deseo de todos los mundos por haberte investido con tan alto honor. Dentro de poco el mundo y todo lo que hay en él será como algo olvidado, y todo el honor será de los amados de tu Señor, el Todoglorioso, el Más Generoso.