Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh

CLI

Libraos, oh ruiseñores de Dios, de las espinas y zarzas de la desdicha y la miseria, y alzad el vuelo hacia el rosedal de esplendor inmarcesible. ¡Oh Mis amigos que habitáis en el polvo! Entrad en vuestra habitación celestial. Anunciaos a vosotros mismos las buenas nuevas: “¡Aquel que es el Más Amado ya ha llegado! Él Se ha coronado con la gloria de la Revelación de Dios, y ha abierto, a la faz de todos los hombres, las puertas de Su antiguo Paraíso”. Que todos los ojos se regocijen y que todo oído se alegre, porque ahora es tiempo de contemplar Su belleza, justo ahora es el momento de escuchar Su voz. Proclamad a todo amador anhelante: “¡Mirad, vuestro Bienamado ha venido entre las gentes!” y a los mensajeros del Monarca del amor impartid la noticia: “¡He aquí, el Adorado ha aparecido ataviado en la plenitud de Su gloria!” ¡Oh amantes de Su belleza! Convertid la angustia de vuestra separación de Él en la alegría de una reunión sempiterna, y que la dulzura de Su presencia disuelva la amargura de vuestra lejanía de Su corte.

Ved cómo la múltiple gracia de Dios, que está siendo vertida de las nubes de Gloria divina, ha envuelto al mundo en este día. Pues mientras que en días pasados todo amante suplicaba y buscaba a su Amado, ahora es el Amado mismo Quien llama a Sus amantes y les invita a alcanzar Su presencia. Cuidado, no sea que perdáis tan preciado favor; estad atentos, no sea que menospreciéis tan maravillosa muestra de Su gracia. No abandonéis los beneficios incorruptibles, y no os contentéis con lo que perece. Levantad el velo que oscurece vuestra visión y disipad las tinieblas en que está envuelta, para que contempléis la belleza descubierta de la faz del Amado, veáis lo que ningún ojo ha visto y escuchéis lo que ningún oído ha escuchado.

¡Escuchadme, oh aves mortales! En el Rosedal de esplendor inmutable ha brotado una Flor, comparada con la cual toda flor no es sino una espina, y ante el brillo de cuya gloria palidece y se marchita la esencia misma de la belleza. Levantaos, por tanto, y, con todo el entusiasmo de vuestros corazones, con todo el anhelo de vuestras almas, el pleno fervor de vuestra voluntad y los esfuerzos concentrados de todo vuestro ser, luchad por alcanzar el paraíso de Su presencia, y esforzaos por aspirar la fragancia de la Flor inmarchitable respirar los suaves aromas de la santidad y obtener una porción de este perfume de gloria celestial. Quien siga este consejo romperá sus cadenas, gustará del abandono del amor arrobador, logrará el deseo de su corazón y entregará su alma en manos de su Amado. Rompiendo su jaula, al igual que el ave del espíritu, emprenderá el vuelo a su santo y eterno nido.

La noche ha sucedido al día, el día ha sucedido a la noche, las horas y momentos de vuestra vida han venido y se han ido, y, sin embargo, ninguno de vosotros ha consentido, ni por un instante, en desprenderse de aquello que perece. Moveos, para que no se disipen ni se pierdan los breves momentos que aún os quedan. Vuestros días pasarán con la rapidez del relámpago, y vuestros cuerpos serán sepultados bajo un dosel de polvo. ¿Qué podréis obtener entonces? ¿Cómo podréis reparar vuestra falta pasada?

El Cirio eterno brilla en su gloria descubierta. Ved cómo ha consumido todo velo mortal. ¡Oh vosotros, que, cual mariposas nocturnas, sois amantes de Su luz! Arrostrad todo peligro, y consagrad vuestras almas a su llama consumidora. ¡Oh vosotros que estáis sedientos de Él! Despojaos de todo afecto terrenal, y apresuraos a abrazar a vuestro Amado. Con un gozo que nada puede igualar, daos prisa en alcanzarle. La Flor, hasta ahora oculta a la vista de todos, está descubierta a vuestros ojos. En el esplendor patente de Su gloria está Él ante vosotros. Su voz invita a todos los seres santos y consagrados a venir y unirse a Él. Feliz aquel que se vuelve a ella; bienaventurado aquel que ha alcanzado y ha contemplado la luz de tan maravilloso semblante.