Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh

CLVII

A los que han abandonado su país con el propósito de enseñar Nuestra Causa, a éstos el Fiel Espíritu fortalecerá mediante Su poder. Una compañía de Nuestros ángeles escogidos los acompañará, como lo ha ordenado Aquel que es el Todopoderoso, el Omnisapiente. ¡Cuán grande la bienaventuranza que le espera a aquel que ha alcanzado el honor de servir al Todopoderoso! ¡Por Mi vida! Ningún acto, por muy grande que sea, puede comparársele, excepto los hechos que han sido ordenados por Dios, el Omnipotente, el Más Poderoso. Tal servicio es, en verdad, el príncipe de toda buena acción y el ornamento de toda obra meritoria. Así ha sido ordenado por Aquel que es el Soberano Revelador, el Anciano de Días.

Quien se levante a enseñar Nuestra Causa debe necesariamente desprenderse de todas las cosas terrenales, y debe considerar, en todo momento, el triunfo de Nuestra Fe como su objetivo supremo. Esto, ciertamente, ha sido decretado en la Tabla Guardada. Y cuando determine dejar su hogar, por amor a la Causa de su Señor, que ponga toda su confianza en Dios como la mejor provisión para su viaje, y que se atavíe con el manto de la virtud. Así ha sido decretado por Dios, el Todopoderoso, el Alabado.

Si es encendido con el fuego de Su amor, si renuncia a todas las cosas creadas, las palabras que profiera abrasarán a quienes le escuchen. Verdaderamente, tu Señor es el Omnisciente, el Informado de todo. Dichoso aquel que ha oído Nuestra voz y ha respondido a Nuestra llamada. Él, en verdad, es de los que serán traídos cerca de Nos.