Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh
CLIX
Considerad la mezquindad de las mentes humanas. Piden lo que les perjudica y desechan lo que les aprovecha. Son ellos, a buen seguro, de los que andan realmente perdidos. Comprobamos que algunos hombres desean la libertad y se enorgullecen de ella. Tales hombres se hallan en las profundidades de la ignorancia.
La libertad, finalmente, ha de llevar a la sedición, cuyas llamas nadie puede apagar. Así os advierte Quien es el Ajustador de Cuentas, el Omnisciente. Sabed que la personificación de la libertad y su símbolo es el animal. Lo que conviene al hombre es la sumisión a aquellas restricciones que le protejan de su propia ignorancia y le resguarden contra el daño de los intrigantes. La libertad hace que el hombre traspase los límites de la decencia y vulnere la dignidad de su condición. Lo degrada a un nivel de depravación y perversidad extremas.
Considerad a los hombres como un rebaño de ovejas que necesitan de un pastor que las proteja. Ésa es, ciertamente, la verdad, la clara verdad. Aprobamos la libertad en ciertas circunstancias, y en otras, rehusamos sancionarla. Nos, en verdad, somos el Omnisciente.
Di: La verdadera libertad consiste en la sumisión del hombre a Mis mandamientos, por si no lo sabéis. Si los hombres observaran lo que hemos hecho descender para ellos del Cielo de la Revelación, ciertamente alcanzarían la libertad perfecta. Feliz el hombre que haya comprendido el Propósito de Dios en todo cuanto Él ha revelado desde el Cielo de Su Voluntad, que penetra todas las cosas creadas. Di: La libertad que os aprovecha no se halla sino en la completa servidumbre a Dios, la Verdad Eterna. Quien haya gustado su dulzura rehusará trocarla por todo el dominio de la tierra y el cielo.