Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh

XVI

Di: ¡Oh gentes! Éste es un Día inigualable. Asimismo, inigualable debe ser la lengua que celebra la alabanza del Deseo de todas las naciones, e inigualable el hecho que aspira a ser aceptable a Su vista. Toda la raza humana ha anhelado este Día para que, por ventura, cumpla con aquello que es digno de su posición y que merece su destino. Bienaventurado aquel a quien los asuntos del mundo no le han impedido reconocer a Aquel que es el Señor de todas las cosas.

Tan ciego se ha vuelto el corazón humano que no pueden sacarlo de su letargo ni el desmoronamiento de las ciudades, ni la reducción de las montañas a polvo, ni siquiera el hendimiento de la tierra. Han sido descifradas las alusiones hechas en las Escrituras, y han sido revelados los signos que en ellas se consignan, y continuamente es proclamado el llamamiento profético. ¡Y, sin embargo, todos, salvo aquellos a quienes Dios ha querido guiar, están aturdidos en la embriaguez de su negligencia!

Presenciad cómo el mundo es afligido diariamente con una nueva calamidad. Su tribulación se agrava en forma continua. Desde que fue revelada la Súriy-i-Ra’ís (Tabla a Ra’ís) hasta el presente día, ni el mundo se ha apaciguado, ni los corazones de sus habitantes han tenido descanso. Una vez fue agitado por contiendas y disputas; otra vez fue convulsionado por guerras y fue víctima de enfermedades arraigadas. Su dolencia se aproxima a la etapa de total desesperanza, por cuanto se impide al verdadero Médico administrar el remedio, mientras se mira con aprobación a practicantes incompetentes y se les otorga completa libertad para actuar. ... El polvo de la sedición ha nublado los corazones y ha cegado los ojos de la gente. Dentro de poco comprenderán las consecuencias de lo que sus manos han hecho en el Día de Dios. Así os advierte Quien es el Informado, como lo ordena Aquel que es el Omnipotente, el Todopoderoso.