Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh

XL

¡Oh mi Bienamado! Tú has insuflado Tu Hálito en Mí y Me has separado de Mí mismo. Tú posteriormente decretaste que de Tu Realidad que se halla dentro de Mí quedara entre los perversos y envidiosos apenas un tenue reflejo, un simple emblema. ¡Mira cómo, engañados por este emblema, se han alzado contra Mí y han acumulado sus recusaciones contra Mí! Por consiguiente, descubre Tu Ser, oh Mi Bienamado y líbrame de Mi aflictiva situación.

En seguida, respondió una Voz: “Amo este emblema y siento gran cariño por él. ¿Cómo voy a consentir que sólo Mis ojos contemplen este emblema y que ningún corazón salvo el Mío lo reconozca? ¡Por Mi Belleza, que es lo mismo que Tu Belleza! Mi deseo es ocultarte de Mis propios ojos, ¡cuánto más de los ojos mortales!”.

Me disponía a responder, cuando he aquí que la Tabla fue terminada repentinamente, dejando Mi tema sin concluir, y sin engarzar la perla de Mi expresión.