Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh

XLIII

¡Oh Afnán, oh tú que has brotado de Mi antigua Estirpe! Mi gloria y Mi bondad sean contigo. ¡Cuán vasto es el tabernáculo de la Causa de Dios! Ha amparado a todos los pueblos y linajes de la tierra y dentro de poco reunirá bajo su abrigo a toda la humanidad. Ya te ha llegado el día del servicio. Innumerables Tablas atestiguan las mercedes que te han sido otorgadas. Disponte a hacer triunfar Mi Causa, y con la fuerza de tu expresión somete los corazones humanos. Debes manifestar aquello que asegure la paz y el bienestar de los míseros y de los oprimidos. Apréstate para la acción, a fin de que quizá libres al cautivo de sus cadenas y le permitas alcanzar la libertad verdadera.

La Justicia en este día lamenta su penosa condición, y la Equidad gime bajo el yugo de la opresión. Las densas nubes de la tiranía han oscurecido la faz de la tierra y han envuelto a sus habitantes. Mediante el movimiento de Nuestra Pluma de gloria, y por mandato del omnipotente Ordenador, hemos insuflado nueva vida a todo cuerpo humano, y hemos infundido una nueva potencia en toda palabra. Todas las cosas creadas proclaman las pruebas de esta regeneración mundial. Ésta es la más grande, la más jubilosa nueva impartida a la humanidad por la Pluma de este Agraviado. ¿Por qué teméis, bienamados Míos? ¿Quién os puede consternar? Basta un poco de humedad para disolver la arcilla endurecida de que está moldeada esta generación perversa. El simple hecho de reuniros es suficiente para dispersar las fuerzas de esta gente vana e inútil...

En este día toda persona perspicaz admitirá prontamente que los consejos revelados por la Pluma de este Agraviado constituyen la suprema fuerza animadora del progreso del mundo y la exaltación de sus pueblos. Levantaos, oh pueblo, y por la fuerza del poder de Dios, decidíos a ganar la victoria sobre vosotros mismos, para que quizá toda la tierra sea librada y purificada de su servidumbre a los dioses de sus vanas fantasías, dioses que a sus desdichados adoradores les han infligido tanta pérdida y de cuya miseria son responsables. Estos ídolos constituyen el obstáculo que ha estorbado al ser humano en sus tentativas por avanzar en el camino de perfección. Abrigamos la esperanza de que la Mano del poder divino preste su ayuda a la humanidad y la libere de su estado de penosa degradación.

En una de las Tablas se han revelado estas palabras: ¡Oh pueblo de Dios! No os ocupéis con vuestros propios asuntos; que vuestros pensamientos se fijen en lo que ha de restituir la prosperidad de la humanidad y santificar los corazones y las almas. La mejor manera de lograr esto es mediante acciones puras y santas, una vida casta y un buen comportamiento. Las acciones valientes asegurarán el triunfo de esta Causa, y un carácter santo reforzará su poder. ¡Aferraos a la rectitud, oh pueblo de Bahá! Ciertamente, éste es el mandamiento que este Agraviado os ha dado, y lo que Su libre Voluntad ha escogido para cada uno de vosotros.

¡Oh amigos! Os incumbe refrescar y revivir vuestras almas mediante los muníficos favores que, en esta divina e inspiradora Primavera, se vierten sobre vosotros. El Sol de Su gran gloria ha derramado su resplandor sobre vosotros, y os han amparado las nubes de Su ilimitada gracia. ¡Cuán grande es la recompensa de quien no se haya privado de tan inmensa generosidad ni haya dejado de reconocer la belleza de su Bienamado en ésta, Su nueva vestidura! Cuidaos, pues el Maligno os acecha, listo para atraparos. Aprestaos para defenderos de sus infames artificios y, guiados por la luz del nombre de Dios, Quien todo lo ve, escapad de la oscuridad que os rodea. Que vuestra visión abarque el mundo en vez de limitarse a vuestro propio ser. El Maligno es aquel que impide el ascenso de los hijos de los hombres y detiene su progreso espiritual.

En este Día incumbe a todos asirse a lo que promueva los intereses de todas las naciones y gobiernos justos y exalte su posición. Mediante cada uno de los versículos revelados por la Pluma del Altísimo, las puertas del amor y unidad se han abierto enteramente ante los seres humanos. Anteriormente hemos declarado, y Nuestra Palabra es la verdad: “Asociaos con los seguidores de todas las religiones en espíritu de amistad y compañerismo”. Cuanto haya hecho que los hijos de los hombres se rehuyan unos a otros y haya causado disensiones y divisiones entre ellos ha sido anulado y abolido por la revelación de estas palabras. Desde el cielo de la Voluntad de Dios, y con el propósito de ennoblecer el mundo del ser y elevar la mente y el alma humana, se ha hecho descender aquello que constituye el instrumento más eficaz para la educación de toda la raza humana. La más elevada esencia y la más perfecta expresión de todo lo que hayan dicho o escrito los pueblos del pasado, por esta potentísima Revelación, ha descendido del cielo de la Voluntad del Poseedor de todo, el Dios Perdurable. En el pasado se ha revelado: “El amor al propio país es un elemento de la Fe de Dios”. Sin embargo, la Lengua de Grandeza, en el día de Su manifestación, ha proclamado: “No debe preciarse quien ama a su patria, sino quien ama al mundo”. Mediante el poder liberado por estas excelsas palabras, Él ha dado un nuevo impulso y fijado una nueva dirección al ave del corazón humano, y ha borrado toda huella de restricción y limitación del santo Libro de Dios.

¡Oh pueblo de la Justicia! Sé brillante como la luz e intenso como el fuego encendido en la Zarza Ardiente. El resplandor del fuego de vuestro amor sin duda fundirá y unificará a los pueblos y linajes opuestos de la tierra, mientras que la ferocidad de la llama de la enemistad y el odio no pueden dar otro resultado que la lucha y la ruina. Rogamos a Dios que escude a Sus criaturas contra los malos designios de Sus enemigos. Él ciertamente tiene poder sobre todas las cosas.

Toda alabanza sea para el único Dios verdadero -- exaltada sea Su gloria -- por cuanto Él ha abierto las puertas de los corazones humanos mediante la Pluma del Altísimo. Cada versículo que ha revelado esta Pluma es una puerta brillante y luminosa que descubre las glorias de la vida santa y piadosa, de las acciones puras e inmaculadas. El llamamiento y el mensaje que dimos no fueron nunca destinados a alcanzar o beneficiar a una sola tierra o a un solo pueblo. La humanidad entera debe aferrarse firmemente a cuanto le ha sido revelado y otorgado. Entonces, y sólo entonces, alcanzará la verdadera libertad. Toda la tierra está iluminada con la resplandeciente gloria de la Revelación de Dios. En el año sesenta Aquel que anunció la Luz de la Guía Divina -- que toda la creación sea sacrificada por Él -- se dispuso a anunciar una nueva revelación del Espíritu divino, y fue seguido, veinte años más tarde, por Aquel mediante Cuya venida el mundo fue hecho destinatario de esta gloria prometida, de este maravilloso favor. He aquí que la mayoría de la humanidad ha sido dotada con la capacidad de escuchar la exaltadísima Palabra de Dios, Palabra de la cual debe depender la reunión y resurrección espiritual de todo el género humano...

Inclinad el corazón, oh pueblo de Dios, hacia los consejos de vuestro verdadero e incomparable Amigo. La Palabra de Dios puede compararse con un árbol joven que ha echado raíces en los corazones de los hombres. Os incumbe favorecer su crecimiento mediante las aguas vivas de la sabiduría, de palabras santas y sagradas, para que su raíz se fije firmemente y sus ramas se extiendan hasta los cielos y aún más allá.

¡Oh vosotros que moráis en la tierra! El rasgo distintivo que marca el carácter preeminente de esta Suprema Revelación consiste en que, por una parte, hemos borrado de las páginas del santo Libro de Dios todo cuanto ha sido causa de lucha, desorden y daño entre los hijos de los hombres y, por otro lado, hemos sentado los requisitos esenciales de la concordia, del entendimiento y de la unidad completa y perdurable. Venturosos quienes guardan Mis leyes.

Una vez tras otra hemos amonestado a Nuestros bienamados para que eviten, es más, rehúyan todo aquello de lo que perciban el olor de la maldad. El mundo está sumamente trastornado y la mente de sus habitantes se halla en estado de total confusión. Suplicamos al Todopoderoso que bondadosamente los ilumine con la gloria de Su Justicia, y les permita descubrir lo que les sea provechoso en todo tiempo y en toda condición. Él ciertamente es el Poseedor, el Altísimo.