Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh

XLVII

¡Oh judíos! Si os empeñáis en crucificar otra vez a Jesús, el Espíritu de Dios, dadme muerte a Mí, porque en Mi persona Él Se ha manifestado una vez más a vosotros. Tratadme como queráis, porque he prometido sacrificar Mi vida en el camino de Dios. No temeré a nadie, aunque los poderes de la tierra y del cielo se alíen contra Mí. ¡Seguidores del Evangelio! Si abrigáis el deseo de matar a Muḥammad, el Apóstol de Dios, apresadme y poned fin a Mi vida, porque Yo soy Él, y Mi Ser es Su Ser. Haced conmigo lo que queráis, porque el más profundo deseo de Mi corazón es alcanzar la presencia de Mi Bienamado en Su Reino de Gloria. Ése es el decreto divino; ojalá lo supierais. ¡Seguidores de Muḥammad! Si es vuestro deseo acribillar con vuestras saetas el pecho de Aquel que ha hecho descender a vosotros Su Libro, el Bayán, prendedme y perseguidme, porque Yo soy Su Bienamado, la revelación de Su propio Ser, aunque Mi nombre no sea Su nombre. He venido a la sombra de las nubes de la gloria, y he sido investido por Dios con invencible soberanía. Él es, ciertamente, la Verdad, el Conocedor de lo invisible. Verdaderamente, espero de vosotros el mismo trato que habéis dado a Aquel que Me precedió. De esto dan testimonio todas las cosas, si fuerais de aquellos que escuchan. ¡Oh pueblo del Bayán! Si habéis resuelto derramar la sangre de Aquel Cuya venida ha proclamado el Báb, Cuyo advenimiento ha profetizado Muḥammad y Cuya Revelación Jesucristo mismo ha anunciado, vedme aquí, listo e indefenso, ante vosotros. Proceded conmigo según vuestros propios deseos.