Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh
LVII
¡Oh Muḥammad! Cuando hayas partido de la corte de Mi presencia, dirige tus pasos hacia Mi casa (Casa de Bagdad) y visítala en nombre de tu Señor. Cuando llegues a su puerta detente ante ella y di: ¿Adónde ha ido la Antigua Belleza, oh muy grande Casa de Dios, Él, por Quien Dios te ha hecho el centro de atracción de un mundo adorador y te ha proclamado como el signo de Su recuerdo para todos los que están en los cielos y todos los que están en la tierra? ¡Ah, qué días aquellos en que tú, oh Casa de Dios, fuiste hecha Su escabel, días en que las incesantes melodías del Todomisericordioso brotaban de ti! ¿Qué ha sido de tu joya, cuya gloria ha brillado sobre toda la creación? ¿Adónde se han ido los días en que Él, el Antiguo Rey, había hecho de ti el trono de Su gloria, días en que Él te había escogido a ti sola para que fueras la lámpara de salvación entre la tierra y el cielo, y al amanecer y a la caída de la tarde te había hecho difundir la suave fragancia del Todoglorioso?
¿Dónde está, oh Casa de Dios, el Sol de majestad y poder que te había envuelto con el brillo de Su presencia? ¿Dónde está Él, la Aurora de las tiernas dádivas de tu Señor, el Libre, Quien había establecido Su sede dentro de tus murallas? ¿Qué ha alterado tu semblante y ha hecho que tiemblen tus pilares, oh trono de Dios? ¿Qué ha podido cerrar tu puerta en la cara de quienes te buscan ansiosamente? ¿Qué te ha dejado tan abandonada? ¿Te han dicho acaso que el Amado del mundo es perseguido por las espadas de Sus enemigos? El Señor te bendiga y bendiga tu fidelidad hacia Él, por cuanto tú has seguido siendo Su compañera durante todas Sus penas y padecimientos.
Afirmo que tú eres el escenario de Su trascendente gloria, Su sacratísima habitación. De ti ha emanado el Hálito del Todoglorioso, Hálito que se ha esparcido sobre todas las cosas creadas y ha llenado de alegría los pechos de los devotos que moran en las mansiones del Paraíso. El Concurso de lo alto y los que habitan las Ciudades de los Nombres de Dios lloran por ti y lamentan las cosas que te han acaecido.
Todavía eres el símbolo de los nombres y atributos del Todopoderoso, el Punto al cual están dirigidos los ojos del Señor de la tierra y del cielo. Te ha acontecido lo que aconteció al Arca en que ha sido establecida la promesa de seguridad de Dios. Bienaventurado quien comprende la intención de estas palabras y reconoce el propósito de Aquel que es el Señor de toda la creación.
Felices quienes aspiran de ti los fragantes aromas del Misericordioso, que reconocen tu exaltación, que protegen tu santidad, que en todo tiempo reverencian tu rango. Imploramos al Todopoderoso que conceda que se abran los ojos de quienes se han alejado de ti y no han apreciado tu valor, para que verdaderamente te reconozcan a ti y a Aquel que te ha levantado en alto por la fuerza de la verdad. Ciertamente, están ciegos con relación a ti, y te ignoran completamente en este día. Tu Señor es, verdaderamente, el Bondadoso, el Perdonador.
Atestiguo que por ti Dios ha puesto a prueba los corazones de Sus siervos. Bienaventurado el que dirige sus pasos hacia ti y te visita. Ay de quien niegue tu derecho, se aleje de ti, deshonre tu nombre y profane tu santidad.
No te aflijas, oh Casa de Dios, si el velo de tu santidad es rasgado por los infieles. En el mundo de la creación Dios te ha adornado con la joya de Su recuerdo. Nadie podrá jamás profanar tal ornamento. Los ojos de tu Señor permanecerán en toda circunstancia puestos en ti. Él, ciertamente, escuchará la oración de cada uno que te visite, circule alrededor de ti y Le llame en tu nombre. Él es, en verdad, el Perdonador, el Todomisericordioso.
Te suplico, oh mi Dios, por esta Casa que ha sufrido tal cambio en su separación de Ti, que llora su alejamiento de Tu presencia y lamenta Tu tribulación, que me perdones a mí, a mis padres, a mis parientes y a aquellos de mis hermanos que han creído en Ti. Concede, por Tu munificencia, que todas mis necesidades sean satisfechas, oh Tú que eres el Rey de los Nombres. Tú eres el Más Generoso de los generosos, el Señor de todos los mundos.