Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh
LXVII
En esta Revelación ha aparecido lo que nunca había aparecido antes. En cuanto a los infieles que han presenciado lo que se ha manifestado, ellos murmuran y dicen: “En verdad, éste es un hechicero que ha inventado una mentira contra Dios”. De hecho, ésa es una gente proscrita.
¡Oh Pluma del Anciano de Días! Proclama a las naciones lo que ha ocurrido en Iráq. Cuéntales del mensajero que fue delegado por la congregación de los sacerdotes de esa tierra para entrevistarse con Nos, quien, al llegar a Nuestra presencia, Nos preguntó sobre ciertas ciencias y a quien contestamos en virtud del conocimiento que inherentemente poseemos. Tu Señor, ciertamente, es el Conocedor de lo oculto. “Atestiguamos”, dijo él, “que el conocimiento que Tú posees es tal que nadie puede igualarlo. Sin embargo, ese conocimiento es insuficiente para justificar la exaltada estación que el pueblo Te atribuye. Si hablas la verdad, produce lo que las fuerzas unidas de los pueblos de la tierra son incapaces de producir”. Así fue irrevocablemente decretado en la corte de la presencia de tu Señor, el Todoglorioso, el Amoroso.
«¡Mira! ¿Qué ves?». Él quedó anonadado. Y cuando volvió en sí dijo: «Yo de veras creo en Dios, el Todoglorioso, el Alabado». «Ve hacia el pueblo y diles: “Pedid lo que deseéis. Poderoso es Él para hacer lo que Él quiera. Ninguna cosa, sea del pasado o del futuro, puede frustrar Su Voluntad”. Di: “¡Oh congregación de teólogos! Escoged cualquier asunto que deseéis y pedid a vuestro Señor, el Dios de Misericordia, que os lo revele. Si Él satisface vuestro deseo, por virtud de Su soberanía, entonces creed en Él y no seáis de aquellos que rechazan Su verdad”». «Ha despuntado la aurora del entendimiento», dijo él, «y se ha cumplido el testimonio del Todomisericordioso». Se levantó y regresó a aquellos que lo enviaron, por el mandato de Dios, el Todoglorioso, el Bienamado.
Pasaron los días y él no volvió a Nos. Finalmente, vino otro mensajero que Nos informó que la gente había abandonado su propósito original. Ellos son, de hecho, gente despreciable. Esto es lo que ocurrió en Iráq, y de lo que acabo de revelar Yo mismo soy testigo. Este acontecimiento fue ampliamente divulgado, pero no se encontró a nadie que comprendiera su significado. Así lo ordenamos. ¡Si lo supierais!
¡Por Mí mismo! En edades pasadas, todos aquellos que Nos pidieron que produjéramos los signos de Dios, tan pronto como se los revelamos, rechazaron la verdad de Dios. Sin embargo, la mayor parte de la gente ha permanecido indiferente. Aquellos cuyos ojos están iluminados con la luz del entendimiento percibirán los suaves aromas del Todomisericordioso y abrazarán Su verdad. Éstos son los verdaderamente sinceros.