Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh
LXXXVIII
Sabed, ciertamente, que la esencia y la fuente de la justicia están incorporadas en las ordenanzas prescritas por Aquel que es la Manifestación de Dios mismo entre las gentes, si sois de aquellos que reconocen esta verdad. Él, por cierto, encarna la altísima, la infalible norma de justicia para toda la creación. Aunque Su ley fuera tal que infundiera terror en el corazón de todos los que están en el cielo y en la tierra, esa ley no sería sino justicia manifiesta. Los temores y agitación que la revelación de esta ley provoca en los corazones deben realmente compararse con el llanto del niño al quitársele la leche materna, si sois de aquellos que comprenden. Si las gentes descubrieran el propósito que motiva la Revelación de Dios, seguramente desecharían sus temores y, con el corazón lleno de gratitud, se regocijarían con gran alegría.