Riḍván 2004
Traducción
Riḍván 2004
A los bahá’ís del mundo
Muy queridos amigos:
Han pasado tres años del Plan de Cinco Años. Los procesos puestos en marcha durante el Plan de Cuatro Años, fortalecidos mediante la atención especial a la educación bahá’í de los niños durante el Plan de Doce Meses, y acompañados por un seguimiento incansable durante estos últimos años, cumplen ahora las elevadas esperanzas con las que se iniciaron. En todas partes del mundo los tres actores del plan—el creyente, la comunidad y las instituciones— refuerzan mutuamente sus actuaciones, cada uno desempeñando un destacado papel. Las actividades centrales constituidas por los círculos de estudio, las clases de niños y las reuniones devocionales se han convertido en aspectos y logros esenciales que se realzan entre sí, lo que a su vez ha comunicado mayor vigor y éxito a todos los demás elementos de la vida comunitaria bahá’í. En la actualidad, los recursos humanos van en aumento, y las Asambleas Espirituales Locales responden a las nuevas exigencias de esta vitalidad creciente.
Resulta asombrosa en extremo la capacidad erigida en todo el mundo en lo que respecta a la educación bahá’í de los niños. Los esfuerzos iniciales destinados al enriquecimiento espiritual de los prejóvenes están dando frutos. Progresa sin parar el movimiento con el que las agrupaciones pasan de un nivel de actividad al nivel superior siguiente, y, según se avanza, al núcleo de creyentes firmes se agrega un círculo tanto mayor de personas, todavía no bahá’ís pero empeñadas con entusiasmo en las actividades centrales del Plan. En algunas agrupaciones de nivel avanzado han surgido ya estructuras capaces de gestionar el crecimiento intensivo. Las Asambleas Nacionales, al tiempo que atienden a las necesidades de todas las agrupaciones de sus países, han aprendido el valor de dedicar especial atención a ciertas agrupaciones prioritarias muy prometedoras, y ello a fin de alentarlas y desarrollarlas hasta que los recursos humanos que han creado mediante los institutos de formación las capaciten para convertirse en centros de crecimiento rápido y sostenido.
Tal y como se preveía, el instituto de formación se ha revelado como locomotora del crecimiento. Al evaluar las oportunidades y necesidades de sus respectivas comunidades, la gran mayoría de Asambleas Espirituales Nacionales han escogido adoptar los materiales de curso desarrollados por el Instituto Ruhí por entender que responden muy bien a las necesidades del Plan. El hecho ha tenido el beneficio añadido de que al haberse traducido los mismos materiales a numerosos idiomas, dondequiera que ahora viajen los bahá’ís, encuentran a otros amigos que siguen el mismo camino, amén de los mismos libros y métodos con los que ya están familiarizados.
Una sociedad internacional caótica, desgarrada por intereses y visiones en conflicto, se ve asaltada por terrorismo, anarquía y corrupción crecientes, y maltrecha por el fracaso económico, la pobreza y la enfermedad. En medio de todo ello, la comunidad bahá’í alcanza cada vez mayor visibilidad, inspirada como está por una visión divinamente revelada, fortalecida sobre cimientos sólidos, tanto más robustecida gracias a los procesos actualmente en marcha, e impávida ante los aparentes reveses. Valga como ejemplo de la capacidad del mundo bahá’í de responder a las condiciones inesperadas lo acontecido hace un año, cuando múltiples peligros obligaron a la cancelación de la Convención Internacional Bahá’í; la elección de la Casa Universal de Justicia se llevó a cabo debidamente y el Plan siguió adelante sin perder un solo paso. Al mismo tiempo, pese a la perturbación y el caos de la vida en Irak fue posible reanudar el contacto con los bahá’ís del país y reconstituir sus Asambleas Espirituales Locales. Con gran alegría anunciamos ahora, en este Riḍván, la elección de la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Irak, restaurada tras más de treinta años de opresión asfixiante, a fin de que ocupe el lugar que le corresponde dentro de la comunidad internacional bahá’í.
Lo que en esta etapa requiere de nosotros el Plan Divino es que continuemos con confianza y dinamismo en la dirección actual, inmutables ante las tormentas que azotan al mundo de la humanidad. Estén seguros de que la Bendita Belleza guiará sus pasos y que las Huestes del Concurso Supremo reforzarán cada esfuerzo que hagan por el progreso de Su Fe.