Riḍván 2005

Traducción

Riḍván 2005

A los bahá’ís del mundo

Queridos amigos bahá’ís:

Los grandes acontecimientos que desde el inicio de la quinta época de la Edad Formativa han tenido lugar en el mundo bahá’í nos han reportado una alegría inconmensurable. Los últimos doce meses no han sido una excepción. La comunidad bahá’í ha continuado su avance sistemático, por lo que ahora, conforme se interna en su último tramo del Plan de Cinco Años, se encuentra en condiciones de notable vigor, un vigor adquirido mediante los esfuerzos denodados y conscientes de los amigos de todo el mundo destinados a promover el proceso de entrada en tropas.

Las estadísticas, por más que inadecuadas para expresar la plena importancia de los acontecimientos ocurridos, dan cierta idea de la magnitud de lo alcanzado. Los recursos humanos de la Fe se han multiplicado de forma constante. En conjunto, más de 200,000 personas de todo el mundo han completado el Libro 1 del Instituto Ruhí, en tanto que muchos miles han alcanzado el nivel que les permite ejercer efectivamente como tutores de los círculos de estudio, los cuales, con frecuencia creciente, se celebran en cada rincón del planeta, y alcanzan más de 10,000 según el último recuento. El número de buscadores que participa en las actividades básicas ha continuado creciendo, hasta superar los 100,000 hace ya algunos meses. Entretanto, unas 150 agrupaciones se han desarrollado al punto de que han comenzado o están a punto de iniciarse programas intensivos de crecimiento. Todo indica que este número será desbordado ampliamente cuando concluya el Plan.

Al celebrar los logros deben reconocerse, igualmente, los avances registrados en el aprendizaje que los ha originado. Las campañas intensivas de instituto, en las cuales la práctica recibe la atención debida, han constituido el vehículo para estimular el crecimiento en el ámbito de la agrupación. Conforme han ido creándose las condiciones necesarias, se han lanzado en consecuencia los programas sistemáticos de expansión y consolidación de la Fe. Se ha acumulado ya un valioso conjunto de conocimientos sobre la naturaleza de los programas intensivos de crecimiento, por lo que ciertos rasgos de estos esfuerzos se comprenden ahora bien. Tales programas tienden a consistir en una serie de ciclos, cada uno de una duración de varios meses, destinados a la planificación, expansión y consolidación. El desarrollo de los recursos humanos avanza ininterrumpido de un ciclo al siguiente, lo que asegura que el proceso de expansión no sólo será sostenible sino también que cobre progresivamente impulso. Aunque sin duda aguardan más lecciones, la experiencia ya acumulada permite reproducir el enfoque en un número cada vez mayor de agrupaciones de todo el mundo.

El hecho de que las victorias alcanzadas posean dimensiones cuantitativas y cualitativas resulta harto gratificante. En el núcleo de estos acontecimientos subyace un realce continuo de la vida espiritual de las comunidades bahá’ís de todas partes. Esta nueva vitalidad espiritual da cuenta de la participación creciente de personas de diversos orígenes en las reuniones devocionales, clases de niños y círculos de estudio, lo cual ha dado pie, en numerosos casos, a que reconozcan a Bahá’u’lláh como la Manifestación de Dios para este Día y declaren su fe.

Igualmente, han tenido lugar nuevos acontecimientos en el Centro Mundial. Hemos decidido que es el momento propicio para establecer una Junta Internacional de Fiduciarios del Ḥuqúqu’lláh que guíe y supervise las labores de las Juntas Regionales y Nacionales de Fiduciarios del Ḥuqúqu’lláh de todo el mundo. Funcionará en estrecha colaboración con el Fiduciario Jefe, la Mano de la Causa de Dios, Dr. ‘Alí Muḥammad Varqá, de cuyo conocimiento y consejos podrá beneficiarse en el desempeño de sus cometidos. Los tres miembros ahora nombrados para integrar la Junta Internacional de Fiduciarios son Sally Foo, Ramin Khadem y Grant Kvalheim. La duración del nombramiento se fijará más adelante. Los miembros de la Junta no pasarán a residir a Tierra Santa, pero sí utilizarán los servicios de la Oficina del Ḥuqúqu’lláh, situada en el Centro Mundial, para el desempeño de sus funciones.

En todos los planos y en todas las direcciones la Causa registra un marcado progreso; progreso que va desde los adelantos en la expansión y consolidación de las bases, hasta los avances institucionales de ámbito internacional. Tan alentadores signos del creciente espíritu de equipo de la comunidad se producen en una época en que las evidencias del declive social, son, por desgracia, demasiado visibles. No es menester revisar aquí los rasgos de la quiebra que atenaza a un mundo desmoralizado. Sin embargo, no debería olvidarse que son precisamente estas circunstancias lo que agranda la receptividad hacia las Enseñanzas y genera nuevas oportunidades para su difusión.

En nuestro mensaje de 26 de noviembre de 1999 hacíamos referencia a una serie de empresas globales destinadas a impulsar a la comunidad bahá’í a través de los últimos años del primer siglo de la Era Formativa de la Fe. Cada Plan, señalábamos, se centraría en el objetivo central de adelantar el proceso de entrada en tropas. El primero en esta serie, el actual Plan de Cinco Años, concluirá en doce meses escasos, momento en que convocaremos a los creyentes en Bahá’u’lláh a embarcarse en otro Plan de cinco años. Lo que pedimos a los amigos en este período intermedio es que empeñen todas sus energías para poner en decidida acción el aprendizaje sistemático que de forma tan enérgica promueve el Centro Internacional de Enseñanza. Ningún bahá’í debería perder la oportunidad inapreciable que arrojan los días restantes del Plan para, de este modo, reforzar los cimientos que permitirán el lanzamiento, en el próximo Riḍván, de una empresa incluso más ambiciosa. Nuestras más fervientes oraciones en los Sagrados Santuarios les acompañarán.

[firmado: La Casa Universal de Justicia]